En paz descanses, P. Ramon

VIERNES SANTO: “In manus tuas Pater, commendo spititum meum”. Hoy Padre me conmueve y comparto el dolor por la muerte de tu hijo. Me conmueve a su vez, la muerte de tantos hombres y mujeres que estos días en profunda soledad alcanzan también su cruz y marchan de esta vida sin poder apenas despedirse, sin una última palabra, sedados…. Que duro acabar sus días de esta forma.

El Viernes Santo y, -como dice Rodríguez Olaizola- está muy marcado por la centralidad de la Cruz, esa cruz que es un símbolo bien importante para los cristianos. La llevamos al cuello a veces, hacemos la señal de la cruz, la tenemos en el centro de nuestras iglesias, ... La cruz es el lugar donde convergen tantas vidas inocentes (hambre, guerra, precariedad, pateras, injusticias, soledad, abandono, incomunicación, exclusión, omisión…) con quien es capaz de dar la vida por ellas….

Hago ahora una pequeña contemplación, me paro un momento y analizo reacciones, veo diferentes modos de responder ante esta cruz: ignorancia, indiferencia, hay quien se lava las manos, quien grita ¡Crucifícale!; colaboradores de un sistema injusto (soldados); quien ayudar a llevar la cruz y se pone de parte de las victimas (Verónica, Cirineo,..); quienes están al pie de la Cruz venciendo el miedo, las amenazas, poniendo por delante el amor, … Pero hoy, el centro de la cruz eres Tú, Jesús para nosotros; has dado  la vida por aquellos que necesitan una esperanza distinta y, dar la vida no es solo morir, es también vivir de una manera determinada. Jesús has vivido plantando cara a lo injusto; diciendo la verdad caiga quien caiga; mostrando una nueva manera de entender la ley, la fe al ser humano; poniendo por delante a los excluidos, abandonados; En el fondo, nos has hecho descubrir que en la cruz como decía, confluyen las dos cosas, victimas y salvador. Ver en la Cruz como nos has dado ese último abrazo, a este mundo herido y sufriente, pero ese abrazo no se queda ahí, en la cruz, sino que desborda los confines y nos levanta y proyecta hacia el horizonte celestial de la resurrección…. Se abre una esperanza al dolor terrenal, ERES CRISTO RESUCITADO.

Oh, ¡¡Padre!!, aviso de última hora… Empezaba el escrito diciendo: me conmueve y comparto el dolor por la muerte de tu hijo. Acaba de llegarnos la noticia de la muerte del P. Ramón Fabregat Mata, jesuita de nuestra comunidad de Lleida. Paro, hago una pequeña oración por su alma: “Alma de Cristo santifícame; Cuerpo  de Cristo , sálvame; Sangre de Cristo, embriágame…” Acógelo en tu seno Señor.

Tu hijo Ramon ha acudido a tu llamada y plácidamente, como era su carácter, ha ascendido a tu lado, descansa en tu gloria. Uf!!, vaya sorpresas nos está dando esta vida últimamente, permítenos un leve respiro, Abbá. Pero, bien mirado, como diría nuestro estimado Hermano Andrés: “vaya día tan bonito para entregar su vida”.

Pienso que el P. Ramón ha muerto, como ha vivido, cálidamente en tus brazos y con una última palabra saliendo de sus labios: ¡GRACIAS! Su bagaje es plural, ha dejado amigos en Barcelona, en el Chad donde estuvo 29 años, en Camerún y últimamente en Lleida donde se dedicaba a ayudar en nuestra parroquia y en otra iglesia, en alfabetización para inmigrantes “africanos”, ejercicios espirituales, apostolado penitenciario en el Centro Ponent de Lleida, misa el sábado en una residencia de ancianos… y como el mismo se definía: ”Debo afirmar que cada día doy gracias a Dios por mi vocación y por como el Señor me ha ido llevando. Siempre muy feliz, muchos amigos en todas partes y con recuerdos maravillosos. Y, naturalmente, con el África siempre en el corazón”. Descanse en paz con sus “Amigos en el Señor”.

Leve biografía para una vida plena que nos recuerda que hoy es Viernes Santo mi Dios. Me invade una tristeza de muerte, … El velo del templo se ha rasgado, … “todo está cumplido”, … Pero el amor perdura también en los días grises y a tu lado seguimos, postrados, pero no hundidos. Resistiremos.

En paz descanses.

Emili Reimat